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NOSOTROS

 

Los Picapiedra

 

Mi pequeño mundo, fue la primera idea que le surge a la Directora al poner el colegio, María Gabriela Quintero, recién graduada de la Universidad Pedagógica, entusiasmada decide cumplir su sueño con tener su propio colegio, comenzó estudiando Licenciatura en estudios principales en educación preescolar y tuvo que ser en una universidad del gobierno, ya que no tenía los fondos suficientes para una universidad privada,  sin embargo este título fue fundamental para cumplir con los requisitos para cumplir su sueño.

Comenzó en su propia casa, la adecuó junto a su madre, entre ellas dos condicionaron los salones,  los decoraron y con lo poco que tenían, trataban de hacerlo agradable para sus niños. María con mucho esfuerzo empezó a hacer los trámites de la Secretaría de Educación, cumpliendo con las exigencias, ahora faltaba el último trámite para hacer su sueño realidad. El nombre del colegio.

 

María pidió dinero prestado para hacer la propaganda al colegio,  los folletos tenían una foto de la fachada del colegio y letras grandes del nombre del colegio, sin embargo cuando fue a la Secretaria de Educación a registrar el nombre, le dijeron que debía escoger otro debido a que había un colegio que se llamaba igual, tenía que hacer una lista de diez nombres en ese momento, ella cuenta que no se le ocurría ninguno, Los Picapiedra fue lo primero que se le vino a la cabeza, en ese momento estaban de moda, así que Jardín Pedagógico Los Picapiedra fue su número uno en la lista, cuando rectificaron el nombre, ese fue el que quedo.

 

María estaba angustiada ya que la propaganda estaba a punto de salir, y no sabía sí ya se habían impreso con el anterior nombre, en cuanto salió de las oficinas de la Secretaria de Educación, se dirigió directamente a donde el señor que le hacía la propaganda, en el trayecto pensaba que había perdido todo el dinero que le habían prestado, con suerte llegó antes de que el señor imprimiera la propaganda y pudieron cambiar el nombre del colegio, ahora las letras grandes eran Jardín Pedagógico Los Picapiedra.

 

Ahora en sus manos tenía todo con lo que tanto había soñado, la propaganda de su colegio! Las lágrimas fueron testigo de las pruebas que tuvo que luchar, con poco dinero, con mucho esfuerzo y con pasión construyó poco a poco los ladrillos de sus alegrías.

 

Al día siguiente, se levantó entusiasmada, recogió la propaganda de su mesa de noche, los metió en su maleta, y arrancó con su bicicleta y repartió los volantes y dejó otros tantos debajo de puertas en casas por todo el barrio de Fontibón.

Y qué paso?

 

La ansiedad y la expectativa por esos días se acrecentaba, los padres de familia empezaron a llegar al colegio averiguando información para sus hijos,  la Directora no esperó tantas personas, además el nombre del colegio había sido un éxito, más tarde sería famoso en el barrio por su nombre.

 

María de 21 años, funda el Jardín en 1980, con fortuna empezó con 40 niños. Ella y otra profesora más, se dedicaron al colegio, María era muy conocida entre padres de familia y los niños la adoraban, pues ella les cantaba, les bailaba, les contaba cuentos, les hacía títeres, con las pensiones del colegio ella compró un proyector y les mostraba películas, y los niños emocionados llegaban a la casa a contar todas las actividades de su profe.

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María junto con una profesora del colegio querían hacer actividades que fascinaran a los niños, por eso crearon un espacio en la semana para hacer títeres a los niños. Entre las dos recolectaron tablas de madera, tela y algunas puntillas para crear el teatrino del colegio.

 

María en su tiempos libre, con tela, hilo, agujas y botones, creaba y diseñaba algunos muñecos para hacerles títeres a los niños, cuenta que también hacía títeres de papel maché (papel periódico con colbón, del cual se hacía una masa que luego se endurecía y así hacía las caras de sus personajes en totumas que forraba con el papel maché) se inventaba historias y a los niños les encantaba, la mayoría de las veces le pedían a su profesora, que les contara algunas historias con los muñecos, los niños se emocionaban y en la hora del dramatizado todos se quedaban en silencio para prestar atención a las historias fantásticas.

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Después con los ingresos del colegio, María poco a poco fue comprando materiales didácticos, sillas, mesas etc.  Pudo invertir en murales para el colegio de los Picapiedra, como lo había imaginado.

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A los tres años de fundado el colegio, ya contaban con 300 niños. Los niños de preescolar querían mucho su colegio y sus profesoras. Al finalizar cada año los niños preparaban bailes y cantaban canciones para dar la presentación en la clausura como despedida de su año escolar. “La macarena, la serpiente de tierra caliente, había una vez una iguana, payasito plin plin”, eran algunas de las preferidas de los estudiantes y de los padres.

 

Las clausuras eran muy conmovedoras, los padres felices de ver a sus hijos, sin embargo para los de transición era amargo llegar a su último día de colegio, porque debían conseguir nuevo colegio debido a que sólo había preescolar. Los niños lloraban en este día, pues cambiarían de colegio, de amigos, de profesores, de salón. Las profesoras con cierta nostalgia se despedían de sus niños y los padres reclamaban a la Directora la primaria, para que sus hijos continuarán en el colegio.

 

Debido al aumento de niños cada año en el colegio y para el proyecto de la apertura de primaria, María agrandó el colegio, así que invirtió construyendo segundo y tercer piso, en la parte posterior de la casa, además de arreglar la fachada del colegio, puso en la entrada un rodadero para que los niños más pequeños en la hora de recreo pudieran divertirse y jugar.

 

María emprendió este proyecto para su colegio, estaba decidida a abrir la primaria, realizó los trámites ante la Secretaria de Educación y para el año 1989, los padres de familia recibieron la buena noticia, en 1993 salió la primera promoción de quinto de primaria.

 

Los padres de familia estaban contentos de que sus hijos continuaran en el colegio, todos querían su colegio, su Directora, que tanto los mimaba, los consentía y les hacía las actividades más divertidas y graciosas.

 

 

Cambio de nombre

 

¿Profe por qué no cambias el nombre del colegio?

 

Esta pregunta fue constante en los niños de primaria, pedían a la Directora que cambiara el nombre el colegio, en especial lo más grandes se sentían desconcertados con el nombre.

La directora tomó en consideración la petición de los niños, por supuesto Jardín Pedagógico Los Picapiedra era más apropiado para los de preescolar, aunque la Directora pensó que el cambio de nombre podría influir en el renombre del colegio, ya que los padres lo conocían con su nombre inicial, sin embargo realizó los trámites en 1992, Los Picapiedra quedó en la memoria de los niños que empezaron sus primeros años allí, desde entonces el colegio es el Gimnasio Integral Moderno. 

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Debido al éxito del colegio, María compró una casa en Modelia , con la intención de fundar la segunda sede del colegio.  En 1997 empezó con pre escolar y primaria, para el siguiente año abrió sexto, séptimo, octavo y noveno.

 

La casa fue adecuada para los estudiantes, María decoró los salones, instaló su oficina para empezar a atender padres de familia, la mayoría de los niños que salían de quinto de primaria en la sede de Fontibón, continuaban su bachillerato en la sede de Modelia.

 

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